domingo, 4 de diciembre de 2011

Granitos de arena.


     La globalización es algo que nos afecta a todos los países, está destruyendo las tradiciones y nos están enseñando que se vive solo para tener y trabajar. La educación no es algo que escapa de esta situación. En Chiapas, la escuela es considerada como una madre, por lo que si quitan las escuelas rurales, estarán acabando con las personas que tienen otro punto de vista, y ven por las comunidades más pobres. El gobierno no está apoyando la educación por estar enfocado en otras cosas que en realidad no son tan importantes. Se desata una fatal violencia entre autoridades y maestros, a grados en donde los profesores son sometidos a golpes por no cumplir con sus normas, aun así haya niños y mujeres dentro de las escuelas, ellos atacan de maneras deshumanizadas para conseguir sus objetivos. Muchos de los maestros que formaron parte del movimiento en contra de la revocación de las escuelas normalistas rurales, fueron torturados y otros tantos asesinados.
     Y a pesar de los esfuerzos de los movimientos marchistas de los profesores, el gobierno destruyó escuelas en donde asistían las personas de las comunidades más pobres. La dictadura habla de libertad y democracia, cuando la verdadera cara de la moneda, es que somos sometidos ante ciertas opciones que no decidimos. Y si alguno desde abajo quiere dar una nueva opción, no es aceptada, más bien se le deja en claro que ese tipo de opciones no existen y se tiene que resignar a las opciones que se le ofrecen. Es cierto, que las manifestaciones que son encabezadas por maestros crean mucho descontrol ante la sociedad, porque se apoderan de los lugares más transitados, pero de esto no ser así, quizás no serian tomados en cuenta. Hay dinero para todo, menos para la educación. Estamos llegando a niveles trágicos por ver primero por los bienes de uno mismo, antes que el de los demás. Lo que demanda más que simples manifestaciones, exige un cambio personal de cada uno de nosotros.